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NUESTRA VISION
Rescatar Almas Perdidas
Producir Familia Saludables
Prepararla y Empoderarlas
Enviar Líderes al Campo Misionero
Levantar Iglesias con Líderes Saludables

MISION
​Alcanzar e influir en el mundo a través de la construcción de una iglesia centrada en Cristo, basada en la Palabra, empoderando a las personas para liderar e impactar en todas las esferas de la vida. A través del evangelismo y los grupos familiares en los hogares, predicamos a Cristo.
Empoderamos y formamos a los miembros de la iglesia como líderes en la academia, creando una generación superior. Ofrecemos asesoría para matrimonios y familias, abordando los diferentes problemas familiares.
Creemos en enviar líderes saludables al campo misionero, con una misión que busque suplir y crear fuentes de progreso social y espiritual. La misión de levantar iglesias con líderes es una de las razones esenciales para seguir expandiendo el Reino de Cristo aquí en la Tierra

NUESTRA DECLARACION DE FE
Estamos convencidos de que la Biblia es la Palabra de Dios, precisa y aplicable a nuestra vida diaria. Creemos que fue inspirada por el Espíritu Santo y constituye la Palabra viva de salvación. Afirmamos la existencia de un único Dios eterno, creador de todas las cosas, que se manifiesta en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Dios es plenamente amoroso y completamente santo.
Reconocemos a nuestro Señor Jesucristo como nuestro único, suficiente y personal Salvador, quien derramó Su sangre para el perdón de nuestros pecados y resucitó al tercer día. Creemos que todo aquel que tiene fe en Jesús, lo reconoce como el Hijo de Dios y lo recibe, obtiene vida eterna y no será perdido. También creemos en el poder del Espíritu Santo y en los dones que Él otorga. Además, valoramos la unidad espiritual del Cuerpo de Cristo.

SALVACION
Estamos firmemente convencidos de que Jesús murió en la cruz, derramando Su sangre por nuestros pecados, un sacrificio que muestra el profundo amor y la misericordia de Dios hacia la humanidad. Este acto redentor es el núcleo de nuestra fe y la clave para la salvación. Creemos que la única manera de obtener la salvación es a través de una fe genuina en la muerte y resurrección de Jesucristo.
Su resurrección no solo confirma Su divinidad, sino que también nos ofrece la esperanza de nueva vida. La muerte no pudo retenerlo, y al levantarse de entre los muertos, Jesús nos brinda la promesa de la vida eterna. Además, afirmamos con fervor que Él volverá nuevamente, no solo como Salvador, sino como Rey, trayendo justicia y restauración a un mundo quebrantado. Esta convicción nos impulsa a vivir con propósito y a compartir el mensaje de Su amor y redención con todos

BAUTISMO EN AGUA
Estamos firmemente convencidos de que el bautismo en agua es mucho más que un simple acto ritual; es un poderoso símbolo del impacto transformador y purificador de la sangre de Cristo en nuestras vidas. Al sumergirnos en el agua, proclamamos públicamente nuestra fe en el Señor Jesucristo y nuestra identificación con Su muerte, sepultura y resurrección. Este acto de obediencia no solo representa nuestra limpieza del pecado, sino que también marca un nuevo comienzo en nuestra relación con Dios.
El bautismo es un testimonio visible de nuestra decisión de seguir a Cristo y de nuestro compromiso de vivir de acuerdo con Su enseñanza. Es una declaración audaz de que hemos renunciado a nuestra vida antigua y hemos sido hechos nuevas criaturas, impulsados por el poder del Espíritu Santo. Al participar en el bautismo, no solo celebramos nuestra salvación personal, sino que también nos unimos a la comunidad de creyentes, fortaleciendo nuestra identidad en el Cuerpo de Cristo. En este sentido, el bautismo es un paso esencial en nuestro viaje de fe, un acto de amor y obediencia que refleja nuestra profunda gratitud por el sacrificio de Jesús.

COMUNION
Creemos firmemente que la comunión, o Cena del Señor, es un acto sagrado que debemos celebrar regularmente. Este ritual no solo recuerda el sacrificio redentor de Jesús al morir en la cruz, sino que también nos conecta profundamente con Su amor y gracia.
Al participar del pan y del vino, reflexionamos sobre el costo de nuestra salvación y renovamos nuestro compromiso de vivir en obediencia y gratitud. La comunión nos une como comunidad de creyentes, fortaleciendo nuestros vínculos en el Cuerpo de Cristo y recordándonos la importancia de vivir en unidad y amor. Es un momento vital de adoración que enciende nuestra fe y nos impulsa a llevar Su mensaje al mundo.

RELACION CON DIOS
Creemos que cada creyente debe cultivar una relación dinámica y creciente con Jesús, lo que implica obedecer la Palabra de Dios y ceder al Espíritu Santo. Esta entrega activa nos transforma, conformándonos a la imagen de Cristo.
Al buscar reflejar Su carácter en nuestras acciones y actitudes, no solo enriquecemos nuestra vida personal, sino que también impactamos a quienes nos rodean, testificando del poder redentor de Dios. Cada creyente tiene la responsabilidad de vivir como un verdadero discípulo, siendo la luz y la sal del mundo que lleva esperanza y verdad a quienes nos rodean.

UNIDAD
Creemos en la unidad de la Iglesia la cual se basa en el mandato bíblico de Jesucristo, quien oró por la unidad de sus seguidores. Esta unidad se refleja en la enseñanza de que todos los creyentes son parte del Cuerpo de Cristo, con un solo Espíritu, un solo Señor y un solo bautismo (Efesios 4:4-6). Además, la unidad fortalece el testimonio del Evangelio, permitiendo que los cristianos colaboren en su misión común de amor y servicio, a pesar de la diversidad de tradiciones y culturas. En esencia, la unidad no implica uniformidad, sino una colaboración armoniosa en la fe.